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Opinión
No tienen autoridad moral para imponernos nada

No tienen autoridad moral para imponernos nada

El gobierno no tiene autoridad moral para velar por la seguridad de nosotros los ciclistas, más si cabe cuando los únicos que los apoyan son instituciones que nunca se habían preocupado por nosotros y que en la mayoría de los casos tienen intereses económicos contrarios al despegue de la bici en nuestro país.

El caso más llamativo estos últimos meses es el de la Confederación Nacional de Autoescuelas (que por cierto hasta ahora nunca se habían preocupado por la seguridad ciclista) con un infumable anuncio en la contraportada del diario “El País” que pretende decir a la gente que es lo que se debe hacer para ir seguro en bicicleta y de paso tachar a quien no esté de acuerdo con sus simplistas soluciones (ponte el casco y punto) de irresponsable.

¿CASCO PARA AUTOMOVILISTAS?

¿CASCO PARA AUTOMOVILISTAS?

Hoy hemos visto una noticia curiosa en la prensa a la que se añadió días después otra. Curiosa no porque haya habido un accidente de coche, sino porque en la noticia quedaba esplicitado que el conductor había sufrido severas lesiones craneo-encefálicas. Por fin se reconoce que ya no somos solo los que nos desplazamos en bici, los que sufrimos lesiones en la cabeza. A raíz de este novedoso tratamiento informativo, quisiéramos reflexionar sobre la pertinencia del casco en nuestras vidas.

Por qué es importante que no se obligue a llevar casco ni chaleco

Por qué es importante que no se obligue a llevar casco ni chaleco

Para bien o para mal, en nuestra sociedad la vestimenta dice mucho de nosotros mismos, es una tarjeta de presentación que la gente tiene mucho en cuenta. Una de las razones que hace atractivo un medio de transporte sobre otros está precisamente en la libertad para vestir “conforme a la moda”. Está claro que el disfraz de ciclista deportivo, como el de automovilista deportivo, no son los más adecuados para fomentar la bici o el coche entre los usuarios urbanos, de ahí la rotunda oposición del lobby del automóvil al casco obligatorio para automovilistas a pesar de que son muchos los muertos con daños craneoencefálicos entre los automovilistas del mundo.

Nos toman por tontos, nos tratan como a niños, nos visten como payasos

Nos toman por tontos, nos tratan como a niños, nos visten como payasos

La DGT de María Seguí se ha propuesto vestirnos a su antojo y según sus criterios. Para ello se vale de la demagogia, el victimismo y la manipulación de datos. Su modelo de ciclismo urbano está a años luz del que prevalece en Europa y pretende mantener el status quo de dominio del automóvil en las ciudades.

Me pondré el casco cuando tú dejes el coche

Es el argumento del que se valen aquellos que nos atropellan o se matan con sus coches (2000 muertos al año), aquellos que nos envenenan con sus gases y aquellos que tienen intereses económicos en que todo siga igual y que ahora de repente se preocupan por la salud de los ciclistas. Dicen que una vida bien vale cualquier esfuerzo y que el casco es lo mejor para salvar vidas aunque sea una. El cinismo expresado en su súmmun. A aquellos que no se enteran de que va la cosa los engañan con argumentos basados en las tripas más que en el cerebro, apelan al duelo que provocan los muertos sin decir que los provocan ellos y a los que sabemos de que va la cosa nos pretenden acallar a base de multas.

Razones para la objeción de conciencia al casco obligatorio

Si no crees en la obligatoriedad del casco para ciclistas y quieres tener una argumentación resumida de por qué no cumplirla que te pueda servir ante la autoridad competente o ante tu vecino que no entiende por qué no quieres protegerte: copia, pega e imprime.

¿Por qué no reconvertir la red de Alta velocidad en una red de ferrocarril convencional?

¿Por qué no reconvertir la red de Alta velocidad en una red de ferrocarril convencional?

“No habrá más remedio que renunciar, como lo han hecho la mayor parte de los países de la Europa civilizada, incluida Alemania, a la alta velocidad de los ricos (la de 300 km/h) para reconvertir esa NUEVA RED en esa RED CONVENCIONAL (esta vez en ancho internacional) que no se quiso “mejorar” y usarla para velocidades en las que puedan circular tanto trenes de gran velocidad (220 km/h), como de Media Distancia (160 km/h), como mercancías. Una red pues para todos, menos infrautilizada y más barata de mantener.”