El ayuntamiento de València va a aprobar en breve lo que llama una “nueva ordenanza de movilidad” frente a la anterior “de circulación”, que data de 2010, y lo hace con la pretensión, entre otras, de incorporar otros modos de desplazarse más activos y quitarle centralidad al coche en el espacio urbano.
Desde València en Bici – AE.A compartimos la necesidad de una renovación de la ordenanza de circulación desde otros parámetros, pero consideramos que la propuesta se queda corta para responder a las necesidades de movilidad de la ciudadanía de València y visitante.

Las personas, para acceder al trabajo, la formación, las compras, para hacer visitas, pasar un rato de ocio, hacer turismo, visitar al médico, ir al parque o a pasear, hacer gestiones… muchas veces necesitan desplazarse. La mayoría de veces lo hacen a pie, pero con el crecimiento urbano y el aumento de distancia a esos bienes y servicios citados precisa de medios de transporte, como el transporte público o, quien pueda, el coche (cuando aquél no nos lleva a nuestro destino o no lo hace en condiciones favorables). Dejando siempre a un grupo social que no dispone del automóvil marginado en su acceso a bienes de interés.

Además, estos medios de transporte generan unos impactos muy nocivos para las personas, la economía y la naturaleza: como pueden ser la siniestralidad vial, la contaminación, el ruido, el cambio climático, o el impedir el uso de la calle para otras actividades sociales y económicas distintas del tráfico. En correspondencia con la mayor sensibilidad social procede una ordenanza que pretenda regular el tráfico evitando estos impactos, y favoreciendo los modos más activos de desplazarse así como una recuperación del espacio para las personas.

Sin embargo, esta regulación de los usos del espacio y del comportamiento de las personas que se desplazan en los diversos modos de transporte no es suficiente para garantizar ni la seguridad vial, ni un espacio libre de impactos ambientales, ni para que los diferentes colectivos sociales puedan acceder a sus destinos para satisfacer sus necesidades o intereses legítimos.

Precisamente, la gestión de la movilidad, además de incluir la gestión del tráfico (buscando que sea seguro y eficiente) y la gestión del transporte y sus modos (buscando que sea sostenible sociocultural, ambiental y económicamente), también pretende garantizar que todos los grupos sociales puedan acceder a dichos bienes localizados y lo puedan hacer de una forma satisfactoria. Por ello, la movilidad, más que preocuparse de que viandantes, ciclistas, patinadores, automovilistas, pasajeros, transportistas… puedan transportarse, pone el acento en que los niños, los mayores, las personas con movilidad reducida, trabajadores, estudiantes, consumidores, cuidadores, turistas, pacientes, amigos y familias, etc… puedan llegar a sus destinos. La clave no está en los medios (el transporte) sino en los objetivos (llegar, acceder).

Esta ordenanza mejora las condiciones de peatones, ciclistas, patinadores y permite racionalizar mejor el uso del coche, lo cual supondría una mejora en la regulación de la circulación y sus impactos ambientales, pero no logra mejorar sustantivamente la movilidad de las personas, vistas estas por lo que son y no por los medios de desplazarse.

Hace falta que se trate la movilidad infantil, y no sólo para ir al cole: la falta de autonomía infantil en los desplazamientos dificulta su desarrollo personal. (Ver el informe de la Comisión Europea: los niños, la ciudad y la movilidad). Hace falta que se trate la movilidad a los centros escolares, donde ni los accesos a pie son seguros, ni los desplazamientos con transporte público están asegurados. La movilidad al trabajo, que supone cerca del 40% de los desplazamientos en coche, es clave para disminuir el uso del coche, su tráfico y sus impactos. Las personas con movilidad reducida lo son en parte por las barreras del entorno y de los medios de transporte público. Hace falta introducir también la perspectiva de género, más allá de en la redacción, y considerar también las necesidades de desplazamiento de las personas que se dedican al cuidado y la atención familiar y del hogar. Etc., etc., etc…

En conclusión, el ayuntamiento de València se ha animado a dar un paso para mejorar una ordenanza de circulación y las diferentes formas de desplazamiento, sin embargo, su propuesta no parece que vaya a alcanzar el objetivo de garantizar la movilidad de las personas diversas que viven en València o nos visitan.

Desde València en bici llevamos trabajando cerca de un año en elaborar una propuesta de ordenanza de movilidad más integral, aunque seguro que mejorable, pensando en la movilidad de las personas, que nos gustaría fuera objeto de debate público y de consideración por parte del ayuntamiento de València. Se puede encontrar en el siguiente enlace: Propuesta de ordenanza municipal de movilidad, transporte, circulación y sus espacios para la ciudad de València.