Estamos en 1951, en Villar del Río, un pueblecito conectado con la ciudad por un autocar. Unos oficiales avisan al alcalde de la próxima llegada al pueblo de algo importante… Emocionado, éste no puede detener sus palabras: “un ferrocarril?”. No, los Americanos, Mr. Marshall.
¡Corte! ¡Repetimos!
Estamos en 2021, en Camporrobles, tierra del padre del celebrado Berlanga, donde Renfe suprimió el tren después del temporal Filomena de enero. Lo han remplazado por un autobús. Estamos en Aras de los Olmos (los Serranos), en Vall de Gallinera (Marina Alta) donde el tren nunca llegó y donde solo hay un servicio de autobús “a la demanda”, lo que significa casi ningún servicio. Estamos en muchos de los pueblos de la Comunidad Valenciana, Aragon, Castilla-la-Mancha. Estamos en la España vacía. ¡El problema es endémico, una falta de voluntad política!
Odiseas modernas
Hoy Camporrobles está a más de dos horas de Valencia, con un transbordo del tren a un autobús en Utiel; Camporrobles está más lejos que Madrid (una hora treinta y ocho minutos), y a misma distancia que París (dos horas cinco minutos). Y mejor no perder el autobús-tren porque solo hay tres por día. Sin embargo, Camporrobles no debería quejarse, muchos pueblos ni siquiera tienen el autobús que aún les conectaba a una ciudad en 1951, y hasta 1985.
No se trata unicamente de pueblos perdidos sino también de ciudades medianas como Ontinyent (36.000 hab), Alcoy (60.000 hab), Requena (20.000 hab), Onda (25.000 hab), Vall de Uxo (32.000 hab), solo para la Comunidad valenciana. Tantas ciudades entre muchas otras con una conexión esquelética, o caótica como Castellón y Gandía con retrasos de trenes y supresiones diarios. En el siglo XXI, un viaje Valencia-Alcoy, Valencia-Gandía o Valencia-Jaén es una odisea.
Remedios obsoletos para el tercer de la población
“La Generalitat apuesta por mejorar la conexión entre la costa y el interior con la ampliación de la CV-35 (los Serranos) para frenar la despoblación”1, un proyecto de 34 millones de euros, empresarios piden la conversión de la CV60 que va por el Vall d’Albaida en autovía para “vertebrar el territorio” y fomentar “la actividad y el tejido socioeconómico”2.
La Generalitat y el estado se equivocan. De media, un más del 36%3 de la población adulta de España no tiene el permiso de conducir B y no tiene o no quiere coche. El porcentaje sube a un 43% para las mujeres y a un 52% para los 18-24 años, sea respectivamente 14 millones de personas, 2 millones de jóvenes y 9 millones de mujeres. Estas muchedumbres están confinadas en ciudades grandes. Nunca viajaran ni mudaran a cualquiera de las zonas casi incomunicadas que sueñan con atraer en particular jóvenes.
Las mujeres y otros viajeros excluidos
La falta de transportes públicos afecta también a unos tres millones de menores de entre 12 y 17 años y a sus padres, o más concretamente sus madres. Las condena a poner en marcha una verdadera logística o sacrificar sus pocos momentos de ocio “jugando” a ser taxistas para que sus
niños puedan acudir a cursos o a visitar familiares cuando éstos podrían viajar solos. Pues viajan solos por avión. Podrían viajar solos en tren o en autocar si hubiera medios decentes.
Las personas de la Comunidad Valenciana que tienen el inestimable privilegio de vivir o trabajar a una distancia de una estación que se puede cubrir caminando se enfrentan a muchos retos. ¿Quién no ha visto a una mujer – la mayoría de los hombres todavía no se atreven – con un carrito de niño o de compra alargando el paso para franquear el vacío entre el anden y el primer escalón del tren, izarse al secundo escalón e introducirse por la estrecha puerta en el vagón con el carrito? Misión imposible sin ayuda. También es un reto para las personas que viajan con una silla de ruedas, bicicleta, muletas, maletas…
Llegada a la plataforma nuestra valiente viajera ve que no hay espacio previsto para su niño y carrito, dos bicicletas están arrinconadas al fondo del vagón entre una puerta y un armario de servicio u otras mujeres están intentando colgar los 15 kilos de sus bicicletas a unos ganchos a casi dos metros de altura – la imagen del hombre ciclista deportista es truncada, muchos ciclistas son mujeres cicloturistas que van con bicicletas cargadas o ciclistas que van al trabajo. Al final, arrincona su carrito bloqueando parcialmente espacios de circulación y se sienta lo más cerca posible para moverlo si otros viajeros necesitasen subir o bajar en las siguientes estaciones. Por supuesto algunas cercanías tienen un vagón con una plataforma baja accesible con carrito, silla de ruedas, bicicleta, con la condición de que no se encuentren más de un “espécimen” por categoría porque no hay espacio previsto en los más modernos de nuestros trenes. Sin embargo, mientras lleguen trenes nuevos bastaría quitar dos o cuatro asientos por vagón.
A pesar de estas barreras innumerables para tantos millones de viajeras y viajeros, Renfe no duda en alegar que promueve la “movilidad sostenible” y “favorece el transporte de bicicletas en los trenes”. Permítanme dudar.
A la hora de luchar contra la despoblación y el cambio climático, los decisores siguen promoviendo un modo de transporte contaminante y construyendo nuevas carreteras para conductores que viajan solos en su coche; retrasan el nuevo plan de cercanías y meses después del cierre de la línea convencional Valencia-Cuenca-Madrid; siguen “estudiando una alternativa de transporte”; toman medidas inadaptadas con la construcción de trenes de 850 a 900 plazas y la minimización del “tiempo de bajada y subida de viajeros”4, con la conversión continua de vías de ferrocarril en vías verdes poniendo artificialmente dos modos de transporte no contaminantes en competición; toman medidas a goteo con una inversión en el ferrocarril de las más bajas de España.
Estos millones de personas, clientes desilusionados o potenciales del tren Y la España vacía necesitan urgentemente el mantenimiento de las vías para que los trenes de cercanías y media distancia vayan a unos 100km por hora, trenes más cortos, más frecuentes, con horarios extendidos y fiables, trenes totalmente accesibles a todas las mujeres con bicicletas y carritos, a todas las personas con silla de ruedas o muletas, trenes que no dejen los viajeros a kilómetros de distancia entre dos pueblos.
Isabelle Totikaev
En Valencia, a 23-09-2021
1 “La Generalitat apuesta por mejorar la conexión entre la costa y el interior con la ampliación de la CV-35 para frenar la despoblación”, comunicado, Generalitat Valenciana, 24-05-2021.
https://ceice.gva.es/es/inicio/area_de_prensa/not_detalle_area_prensa?id=951840
2 “Coeval pide mejoras en la CV-60 para vertebrar el territorio”, El Levante, 15-07-2021.
3 “Censo de conductores distribuido por clases y edad. Año 2019.”, Dirección General de Tráfico, https://www.dgt.es/es/seguridad-vial/estadisticas-e-indicadores/censo-conductores/tablas-estadisticas/ (descargado el 25-08-2021). “Población residente por fecha, sexo y edad, 1 de Enero de 2020”, Instituto Nacional de Estadísticas, https://www.ine.es/jaxiT3/Tabla.htm?t=31304 (descargado el 25-08-2021).
4 Isabel Domingo, “Así serán los nuevos trenes de Cercanías”, Las Provincias, 3-04-2021.