Ciclistas profesionales como Perico Delgado saben perfectamente que los ciclistas en las ciudades no se van cayendo todos los días por las calles. Ciclistas que llevamos 20, 30 e incluso más años circulando por nuestras ciudades sabemos perfectamente que no nos vamos abriendo la cabeza año si y año también por desplazarnos cada día en bici por las calles. Todos los españoles saben perfectamente que de pequeños nunca se abrieron la cabeza ( salvo contadísimas excepciones) por andar en bici por el pueblo, su ciudad o su lugar de vacaciones.
Sólo Mapfre parece tener dudas y gasta una energía increíble en intentar demostrar lo contrario. Es tal la manipulación de sus estudios que sus propias denuncias y cifras se contradicen. Hace 6 meses nos asustaron a todos con un estudio que decía que España era el país de Europa con más ciclistas accidentados y muertos en carretera y apelaba al casco obligatorio para solucionarlo. En lo que no parecieron caer es que España es desde 2004 prácticamente el único país europeo donde el casco ya es obligatorio en carretera. ¿Cómo se come eso? La DGT sobre esas mismas fechas admitía que las estadísticas de accidentes daban una cifra del 20% de mortalidad a causa de lesiones craneales entre los ciclistas urbanos durante el último decenio, lo que equivalia a un numero de entre 2 y 4 ciclistas por año muertos en ciudad por esta causa (los mismos que por caida de rayos en España cada año) pero hoy Mapfre, utilizando una serie de datos de manera poco clara, dice que son el 57% los ciclistas fallecidos por este motivo sin especificar si fueron en carretera, ciudad o llevaban casco o no entre otras incorreciones y omisiones que presiden sus «estudios».
Ante tamaño desvarío, nuestra coordinadora ConBici ha hecho un analisis de este último «estudio» y ha hecho el siguiente comunicado de prensa:
La aseguradora Mapfre acaba de publicar un informe titulado Ciclistas: Cascos y lesiones en la cabeza, que pretende ser un apoyo a la propuesta del Gobierno para hacer obligatorio el casco ciclista también en ciudad. ConBici responde a este estudio:
El estudio se fundamenta en la base de datos de la propia aseguradora, algo incomprensible cuando disponemos de los datos de la DGT, mucho más completos. En lo referente a la accidentalidad ciclista y al efecto del casco ciclista, estos datos pueden consultarse aquí.
- El uso de la base de datos de la propia aseguradora introduce un sesgo importante a la hora de interpretar los datos. Por ejemplo, se establece que los ciclistas son “responsables” del 71% de los siniestros, estimación a todas luces exagerada y que no se explica en que se basa.
- El estudio de Mapfre se basa también en datos de una encuesta realizada en el centro de Madrid a un total de 253 ciclistas. Dicha muestra carece de toda representatividad desde el punto de vista estadístico.
- En general, el estudio adolece de graves errores metodológicos, no dando ninguna información acerca del margen de error estadístico de sus estimaciones, lo que invalida de entrada sus conclusiones.
- La principal conclusión del estudio de la aseguradora parece ser la elevada participación de las lesiones craneales en el número de ciclistas fallecidos o con graves secuelas por accidente de tráfico. Dicho dato es cualitativamente correcto, pero el estudio se olvida de añadir que más de la mitad de los ciclistas fallecidos o heridos graves por lesiones craneales ya portaba casco en el momento del accidente, lo que introduce serias dudas acerca de la verdadera efectividad del casco para prevenir tales lesiones.
- A este respecto, un reciente estudio realizado en la Universidad de Sevilla, mucho mas completo y basado en los datos de la propia DGT, llega a la conclusión de que el efecto protector del casco ciclista en las vías urbanas españolas es irrelevante desde, al menos, 2003.
- El estudio de la aseguradora muestra su preocupación por el hecho de que, al aumentar el uso de la bicicleta, aumentará el número de accidentes, aunque al menos reconoce que el riesgo de accidente por km ciclado disminuirá. El argumento es de todos modos falaz, porque los nuevos desplazamientos en bicicleta sustituyen en parte a otros desplazamientos similares en otros modos más peligrosos, como la moto o el automóvil privado, con lo que la seguridad general de tráfico aumenta como consecuencia de un aumento en el uso de la bicicleta.
- El estudio reconoce que la implantación del casco obligatorio produciría una disminución inmediata del uso de la bicicleta. El estudio evalúa dicha disminución en un 18%, aunque ya hemos mencionado que las estimaciones cuantitativas del estudio carecen de todo valor por los errores metodológicos cometidos. Este resultado es, al menos, cualitativamente correcto y está de acuerdo con la mayoría de los estudios científicos disponibles.
- Tras llegar a esta conclusión, el estudio la niega de inmediato, sobre la base de estudios realizados en Queensland, Australia (?!) y que, además, reconocen de hecho la presencia de ese efecto inmediato de las leyes de casco ciclista obligatorio (?!!).
- El estudio de la aseguradora, en cambio, olvida los numerosos artículos científicos que prueban que este efecto negativo inmediato de las leyes del casco sobre el uso de la bicicleta tiene consecuencias negativas sobre la salud pública, que superan con creces los posibles beneficios que podrían derivarse de un mayor uso del casco. A este respecto puede consultarse el reciente estudio del Prof. De Jong titulado The health impact of mandatory bicycle helmet laws, recientemente publicado (2012) en la prestigiosa revista Risk Analysis.
En resumen, estamos ante un estudio elaboradoad hoc, realizado aprisa y corriendo, con la única finalidad de apoyar una premisa que se establece de antemano: la necesidad del casco ciclista obligatorio. Quizás debido a ello el estudio carece de todo rigor científico, se basa en datos incompletos y sesgados (los recogidos por la propia aseguradora en su actividad empresarial), y en encuestas sin ningún rigor. Al final el estudio debe recurrir a otras publicaciones ya obsoletas en apoyo de sus premisas (que no conclusiones).
Como muestra de ello valga esta cita, referida a la OMS:La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial, en su Informe de 2004 sobre la Seguridad Vial a nivel mundial: “todos los países deberían adoptar las buenas prácticas internacionales, incluido el establecimiento y aplicación de leyes que exijan que los ciclistas y los motociclistas lleven casco”. La cita es obsoleta, dado que la recomendación que exigía el casco obligatorio para los ciclistas ha desaparecido en el último informe de la OMS (de 2013), titulado Global status report on road safety 2013, pese a que dicho informe dedica todo un capítulo a la seguridad de los ciclistas y los peatones y, por supuesto, mantiene la recomendación del casco obligatorio para los motociclistas.
ConBici, 26 de noviembre de 2013.